El principal
reto al que nos enfrentamos hoy día todas las mujeres es al balance entre
nuestros diferentes roles.
Y este
mensaje no es para que te pongas a pensar demasiado en todo lo que eso te agobia…
pero definitivamente estarías más en paz si lograras crear ese balance, ¿o no?
El tema
principal está en las expectativas. Tanto en las de los demás como en las
tuyas. Porque a veces eres tú quien primero se impone una serie de roles y quehaceres
que el día por suerte te alcanza para respirar.
Viendo la
otra cara de la moneda entonces piensa en esto, cuando te das prioridad y entiendes
cuáles son tus necesidades en cada rol: como mujer, esposa, madre… puedes distinguir
mejor lo que debes hacer con relación a lo que quieres hacer.
-
¿Cómo
así? Sigue leyendo, te explico…
Lo que debes
hacer en cada uno de esos roles muy probablemente sea fácil de lograr, pero lo
que quisieras lograr en cada uno puede que sea algo más complicado.
Y es que
cuando te pones metas que no puedes alcanzar (sin darte cuenta) terminas por no
hacer nada, como humana que eres, simplemente porque no es posible.
A todos nosotros se nos dan 24 horas cada día.
- · ¿Qué eliges tú hacer con las tuyas?
- · ¿Qué prioridades tienes cada día?
- · ¿Celebras tus triunfos o te enfocas
en lo que no lograste?
- · ¿Qué cosas podrías delegar aun
sabiendo que no quedará como si lo hicieras tu porque evidentemente no lo harás
tú?
A veces es
solo cuestión de soltar el control y dejar de querer ser la mujer maravilla
para lograr lo inalcanzable… porque a final de cuentas, ¿para quién quieres tú
demostrar todas esas capacidades? ¿Quién te dio la responsabilidad que estás
asumiendo de hacer todo eso?
Dentro de
todos esos roles elige primero amarte, respetarte y cuidarte. Después de eso ve organizando
los demás roles en orden de prioridad para tu estructura familiar.
Permítete
confiar en los demás y soltar lo que es más un deseo que una necesidad real,
porque al final de cuentas tu verdadera necesidad es ser feliz.
Y lograrás
ser más feliz cuando dejes de autoexigirte tanto, o permitir que los demás lo
hagan, y comiences a estar satisfecha con lo que logras.
¡Celebra cada
logro por menor que sea, y hazlo a diario!
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