Tu hijo no es tu prioridad.
Tu prioridad eres tú.
Luego es tu pareja.
Luego es tu hijo.
Quizás esto puede poner de cabeza todo lo que vienes pensando, lo que te han dicho y lo que te han enseñado por años.
De hecho, eso puede alarmarte o hacerte sentir molesta. Porque la mayoría de las mujeres que se convierten en mamá ven exactamente el orden contrario de prioridades.
Primero a su hijo, luego a su pareja y luego a sí mismas. ¿Te identificas?
Sin embargo, hoy quiero que reflexionemos juntas el orden adecuado.
Si tu no eres tu primera prioridad, entonces ¿qué pasa si te enfermas? ¿qué pasa cuando te olvidas de ti, cuando no te cuidas, cuando no descansas ni te das el valor que mereces?
¿Qué pasa con mamá, pero especialmente con la mujer que hay en ti? Tu belleza física e interior.
Descuidarte es la causa de muchos males que surgen en el largo plazo, entre ellos la depresión por no prestarte interés a ti misma; enfermedades físicas porque no le das a tu cuerpo el alimento y el ejercicio necesario para mantenerte saludable.
¿Entonces qué viene luego? ¿Quién atiende a tu hijo cuando estás en esas condiciones físicas y emocionales? ¿Tu misma cuando sabes que no estás dando el 100% porque no tienes las fuerzas, porque te la pasas enojada o cansada?
Por otro lado, ¿qué sucede ante este escenario con la relación con tu pareja? ¿Cómo lo tratas, qué atenciones le das, qué interés le prestas, que amor reflejas?
Además, si ves el orden jerárquico en el sistema familiar te das cuenta fácilmente que no habría hijo sin pareja, la pareja llegó primero de modo que pudiste concebir y tener un hijo.
Aunque parezca que falta mucho tiempo para que nuestros hijos entiendan esto, la realidad es que desde que son bebés, o incluso durante el embarazo, nuestro hijo puede notar cómo es la relación entre papá y mamá y a partir de ahí formarse muchas ideas, emociones y temperamento, que le lleven a una conducta en particular, deseada o no por los padres.
Tu hijo, aunque no pueda aún hablar, puede percibir la confianza, calidez, apego, amor, ternura, atención, servicio, y muchos otros valores y cualidades solo a raíz de tu relación de pareja.
¿Fácil? No, no es fácil mantener el orden, los hijos son un reto intenso para una pareja, sin embargo, si nos enfocamos en el orden de prioridades adecuado podremos generar un mejor BALANCE en la calidad de nuestra vida familiar.
Date prioridad mamá.
Dale prioridad a tu pareja.
Y la prioridad de tu hijo tendrá mejores resultados, bajo un ambiente en que mamá está feliz, y el ambiente familiar en casa es feliz.
Como te comenté más arriba, esta es una reflexión en la que quiero acompañarte, así que déjame debajo tus comentarios para que hablemos al respecto.
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