¿Tienes que repetirle varias veces a tu hijo que haga la tarea, que guarde los juguetes, que se vaya a bañar… o cualquier otra cosa?
¿Sabías que
no es necesario gritar ni repetir tantas veces las cosas para que tu hijo las
haga?
¿Sabes cómo
fue que tu hijo aprendió a hacer las cosas luego de que le gritan o le han repetido
lo mismo varias veces?
Quizás al
repetirle a tu hijo, y no ver una acción de su parte, te sientes frustrada,
molesta, ignorada, y entonces llega un punto en que gritas porque con que eso
te inflas el pecho y sientes que te tienen que prestar atención sí o sí, y a
veces podrías quizás hasta llegar a golpear a tu hijo.
En este
punto, posiblemente tu hijo no hará lo que le pediste porque realmente te ha
prestado atención, más bien lo hará por temor. Temor a los golpes, temor a
perder tu amor, temor a tu furia…
Entonces debes
tomar la decisión de si quieres que tu hijo haga las cosas bajo ese desborde de
emociones, principalmente miedo, o porque realmente entiende que hay que
hacerlas.
¿Cómo te
hace sentir tener que llegar a ese estado emocional? ¿Estás cansada de que esta
situación se repita sin que en un próximo evento haya un aprendizaje, sino que
todo vuelve a ocurrir de la misma forma o peor?
Te
recomiendo entonces que te plantees asegurar que tu hijo toma acción desde una
primera vez que le hables.
Cuando los
niños están más pequeños lo acompañas a ejecutar la actividad en cuestión y así
van aprendiendo que desde la primera vez tienen que ejecutar.
Cuando son
mayores, y hay que romper el patrón de crianza que ya tienen, va a costar un
poco más, pero de la misma forma, en conversación, precisamente por ser mayores,
puedes ir logrando que ya no tengas que repetir tantas veces las cosas o que
tengas que gritar para que tu hijo pueda hacer caso a lo que le dices.
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